"Dunas" no es solamente una obra clásica de la ciencia ficción, algo que hoy retumba en la red en estos momentos gracias a sus versiones fílmicas a cargo de David Lynch y Denis Villeneuve. Obviamente, es mucho más que eso. Y ese es el asunto en realidad, ¿Qué hay detrás del prestigio de Dunas?
Veamos. En principio, es una obra inolvidable del género de la ciencia ficción, una pieza que ha influido sobre varias generaciones de lectores y escritores. Avancemos. Fue publicada por primera vez en el año 1965, o sea que coincide con los que fueron los años del hipismo, los inicios del rock electrónico y la explosión emocional que trajo consigo el ácido lisérgico.
Un poco más. La novela referida se sitúa en un futuro lejano, en un universo vasto y complejo, un punto del universo donde las intrigas políticas, la ecología y las complejidades de la condición humana se entrelazan de una manera magistral y de algún modo malvada...
En el corazón de esa gran historia se encuentra un planeta desértico llamado Arrakis, también conocido como Dunas, que es por cierto la única fuente conocida de la especia melange. Esa especia no solo confiere habilidades sobrehumanas a quienes la consumen, sino que también es vital para la navegación interestelar. Esta premisa establece el escenario para una historia épica de poder, ambición y supervivencia en un mundo inhóspito.
Uno de los aspectos más destacados de la novela es la profundidad de su mundo creado por Herbert. Hay que pensar en la riqueza de los detalles, desde la ecología única de Arrakis hasta las complejas estructuras políticas de las Casas Mayores y la misteriosa Hermandad Bene Gesserit, Total que Herbert crea un telón de fondo fascinante. El autor no solo presenta un impactante mundo imaginario, sino que también reflexiona sobre temas contemporáneos, como la explotación de los recursos naturales y las dinámicas de poder geopolítico. Es una obra vasta y ambiciosa, que nos llama a conocerla, más allá de la película…