De meterse en pleitos de otros, Celestino el Molinero vivió con el hocico roto.
Por más que le decían le importaba poco, era su gusto entrarle a los catorrazos que no tenían que ver con él.
Me acordé inmediato del buen Cele... Cuando me enviaron el vídeo de López en defensa de Donal Trun ante la suspensión de sus cuentas en redes sociales.
Bueno, digo yo... ¿Quién te invitó Celestino a repartir y recibir trompadas?
No fuiste capaz de enviar la felicitación a Joe Bien por su victoria electoral, porque según tú, sería una intervención en asuntos de otro país.
Pero sí te pones a ofrecer asilo al tipo más buscado por el gobierno gringo... Y dices que es injusto lo que le hacen.
Y luego, te lanzas contra las plataformas de redes sociales porque le quitan sus cuentas al todavía presidente gringo.
¿Qué pinky necesidad?
El problema es que cualquier mandoble perdido de Zuckerberg o de Trump, que aterrice en nuestra humanidad, nos va a dejar tan fregados que ni pa vender chicles en un crucero vamos a servir.
¡Aplácate Cele!