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  • Foto del escritorRed Crucero

Siete crisis en busca de una Presidenta

Antes que nada, deseo disculparme con Jorge Álvarez Máynez por no incluirlo en el título de este artículo.


Sin embargo, sinceramente, no vislumbro muchas posibilidades de que obtenga un triunfo, especialmente cuando en el estado de Jalisco, donde Movimiento Ciudadano obtuvo su primer triunfo importante, su partido promueve a Xóchitl Gálvez.


Como resultado de esta elección, tendremos por primera vez una presidenta.


Pero como todos sabemos, no es tan sencillo gobernar; no se trata solo de ganar una elección, sino de resolver los problemas que acompañan al premio mayor: ganar la presidencia de la República.


En ese sentido, hay por lo menos siete crisis (aunque materialmente son muchas más, me enfocaré en los siete problemas que, en mi opinión, son de alta importancia) que están recorriendo el país en espera de que la próxima presidenta cuente con la capacidad para resolverlas.


Crisis de seguridad: Los cada vez mayores territorios y actividades económicas controlados por grupos criminales, la ineficiencia de la Guardia Nacional para controlar estos grupos, junto con la falta de capacidad y la infiltración de las policías locales, son solo algunas de las facetas de este problema.


Además, las desapariciones de personas y la enorme cantidad de homicidios dolosos hacen que la inseguridad nacional sea el primer problema que busca una solución a fondo.


Esto es crucial no solo para la población, sino también para los inversionistas extranjeros que desean aprovechar el near shoring.


Crisis ambiental: El calentamiento global, la crisis hídrica y el aumento de la contaminación debido a las refinerías, las pedreras y otras industrias, sumado al crecimiento del parque vehicular en las principales ciudades del país, convierten al tema ambiental en un problema agudo que afecta la salud de millones de mexicanos.


Se necesitan políticas efectivas y rápidas para resolver esta crisis.


Crisis en PEMEX y CFE: Las principales empresas que producen energía, a través de electricidad, gasolinas y diésel, están seriamente comprometidas por su inviabilidad económica y la enorme deuda que han acumulado.


PEMEX, por ejemplo, tuvo una pérdida neta de 10,900 millones de dólares en 2021, en contraste con otras empresas petroleras exitosas del mundo.


Crisis Fiscal y Hacendaria: Repartir dinero del erario a los ciudadanos no es una mala idea, pero hacerlo sin contar con una política fiscal adecuada y sin una reforma fiscal puede tener consecuencias graves. México tiene una baja recaudación fiscal y es urgente una revisión en la fórmula para definir la distribución de recursos a estados y municipios.


Crisis en la relación bilateral con Estados Unidos: Este es un tema que no se puede dejar en segundo plano, especialmente si el próximo presidente de Estados Unidos es Donald Trump. Es crucial tener una estrategia sólida para manejar las posibles tensiones.


Crisis humanitaria de migrantes: Las constantes oleadas de migrantes centroamericanos, haitianos, venezolanos, colombianos y grupos de africanos que llegan al país constituyen una verdadera crisis humanitaria que victimiza a familias completas. Es imperativo abordar esta situación con sensibilidad y responsabilidad.


Crisis educativa: La Nueva Escuela Mexicana ha generado inquietud entre las y los docentes de educación básica, y se necesitan medidas para mejorar la calidad educativa sin ideologizar a los estudiantes. Además, es fundamental retomar la participación en pruebas internacionales de evaluación educativa como PISA para poder mejorar el sistema.


Cada crisis merece un estudio profundo por parte de los equipos de campaña de las candidatas, así como un análisis detenido para encontrar las mejores vías para resolverlas.


Esperamos que quien asuma la presidencia de este país el próximo mes de octubre esté preparada para afrontar este desafiante paquete de problemas.

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